Descripción:

Este proyecto se propone examinar la manera en que las/os implementadores enfrentan el proceso de implementación de programas sociales del Estado en territorios “críticos”, o de complejidad extrema, es decir, aquellos territorios que concentran desigualdades, y que experimentan una cronificación del conflicto, temor y desconfianza, asociados a temas altamente complejos como la violencia, el crimen organizado, el narcotráfico, el conflicto armado, entre otros, y donde la institucionalidad del Estado tiene una débil presencia y/o una presencia violenta. En estos territorios, la acción del Estado y sus programas sociales co-existe con diversos agentes -actores paraestatales- que ejercen poder y “mueven” el territorio desde perspectivas alternativas o en conflicto con el Estado. El proyecto releva la dimensión estructural, contextual e interaccional de la implementación. Se basa en un enfoque territorial para examinar la capacidad de agencia de las/os implementadores en el proceso de implementación. El concepto de agencia incluye elaboración de categorizaciones, vínculos con agentes territoriales, conexión o pertenencia con el territorio, y despliegue de estrategias que desarrollan las/os implementadores para lidiar con la implementación. Este ejercicio de agencia puede hacer viable la implementación al mismo tiempo que puede reproducir o profundizar la desigualdad, exclusión, humillación y/o agravio moral de ciertos individuos o grupos en dichos territorios.